La lotería de Navidad, superstición y el gato negro centenario de Barcelona.

Cruzarse con un gato negro es una de las supersticiones populares asociadas a la mala suerte. 

Para los egipcios, todos los gatos eran considerados dioses, sin embargo quien tenía poderes más allá eran los gatos negros, a quienes consideraban protectores contra las fuerzas oscuras. 

El miedo irracional hacia los gatos negros se remonta a tiempos muy antiguos, porque se creía que los gatos eran los mejores compañeros de las brujas. El gato aparecía ligado al paganismo de la Edad Media. Por ello, el gato se convirtió en la base de las "purificaciones" de la Iglesia hasta el punto de que ser poseedor de un felino era motivo suficiente para ser juzgado por practicar brujería, “todas las personas que acojan un gato negro bajo su techo corren el riesgo de ser condenadas a la hoguera, según reza la bula “Rex in rama” Siglo XIII. 

El aniquilamiento de los gatos fue de tal magnitud que cuando la peste negra azotó Europa en el siglo XIV, causando más de veinticinco millones de muertos, apenas sí quedaban ejemplares para luchar contra las ratas, principales propagadores de la enfermedad. Y sin ninguna duda, la plaga fue tan devastadora debido al desenfrenado exterminio de los gatos. La Iglesia alentó de tal forma la persecución de los gatos que llegó a convertirse en espectáculo la quema de estos pobres animalitos en las hogueras de la noche de San Juan.

Se podría pensar que todas estas supersticiones forman parte del pasado, pero la herencia de cientos de años de persecución sigue afectando a los gatos hoy. Incluso entre los amantes de los felinos los gatos de este color son impopulares.

Aunque mucha gente asocia el gato negro con la mala suerte, el gato negro no es un vaticinio nefasto en todo lugar, y en algunas culturas es considerado un elemento de buena suerte. Parece que estas creencias dependen del lugar y la circunstancia de su encuentro. Se dice que pasar un billete de lotería por el lomo de uno aumenta las posibilidades de ganar.
La tradición de la Lotería de Navidad siempre ha estado unida a las supersticiones, pequeñas manías que los jugadores siguen a rajatabla con la ilusión de atraer a la suerte.

La popular administración de lotería Nº 44 "El Gato Negro" en el número 40 de la calle Pelai de Barcelona, el día 13 de diciembre cumplió sus primeros cien años de vida. En un siglo de vida el Gato Negro no ha despachado ni un gordo navideño, aunque sí algunos segundos y terceros además de premios millonarios en otros sorteos y apuestas entre los que cabe destacar una Primitiva de 6 aciertos el 15 de Noviembre del 2003.

¿De dónde viene tan curioso nombre para una administración de lotería?
Al parecer, un calendario con gatos presidía la administración, y los compradores la empezaron a llamar el Gato Negro, retroalimentando una leyenda que llenó la sucursal de gatos de peluche, cerámica, madera… y hasta de postales navideñas que la casa edita anualmente.