... Continuando del artículo anterior seguimos con nuestro paseo descubriendo nuevos "Detalls barcelonins" (detalles barceloneses).
Nos encontramos en un lugar calificado como parque urbano: el turó de la Peira, tiempo atrás llamado de Montadell. Antiguamente, los terrenos pertenecían a la finca de Can Peguera, entonces rodeado en su mayor parte de bosque viña y huerta disponían de una mina de agua. Un tiempo atrás la colina también tuvo una cantera.
En la parte alta encontramos un frondoso pinar natural que nos lleva a contar una historia de conservación y supervivencia destacable: los pinos no desaparecieron durante la guerra civil española gracias a la oposición de los vecinos que se opusieron a talar el bosque. La madera de los árboles era esencial para sobrevivir durante la Guerra Civil para cocinar y calentar las viviendas durante los meses de frío. En otros puntos de la ciudad la desforestación fue total por la circunstancia de un invierno especialmente duro y las bajas temperaturas registradas, como los sufridos entre finales del año 1937 y febrero de 1938. Durante la guerra hay noticias que documentan el uso de las cuevas del Turó de la Peira como depósito de armas y bombas.
La pineda natural se vio reducida a partir de los años sesenta debido a la rápida construcción de viviendas para la constitución de un barrio de origen obrero y habitantes humildes enclavado en un espacio natural. En la actualidad, además de pinos, también hay olivos, cipreses y parasoles de la China. El parque dispone de un acceso diseñado con rampas y escaleras que nos llevan a terrazas amuebladas con mesas y bancos que lo convierten en un lugar ideal para hacer deporte, picnic urbano o simplemente pasear y disfrutar de la tranquilidad del entorno.
Después de subir las pronunciadas cuestas llegamos a cima del Turó de la Peira, desde su mirador elevado a 138 metros de altura sobre el nivel del mar hay unas vistas espectaculares tanto de la montaña como del mar. Unos carteles indican el camino para llegar a lo más alto, allí encontraremos una gran cruz de hierro. Desde este punto disfrutaremos de unas puestas de sol únicas. Sin embargo, antes podemos entretenernos localizando las caligrafías urbanas que hay diseminadas por todo el parque.
El mirador ofrece vistas tanto de la montaña como del mar.
El mirador ofrece vistas tanto de la montaña como del mar.
1 comentario:
Son de estos lugares que te olvidas que estás en Barcelona.
Un abrazo!
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