El curioso árbol cenicero.

Este verano está considerado de alto riesgo de incendios, debido a que se presenta un estío "algo más caluroso" de lo normal y la pasada primavera ha sido muy lluviosa, lo que ha favorecido que crezca la vegetación.

Nos estamos quedando sin bosques. Como es sabido, las colillas son una de las causas de los incendios forestales que tanto daño ocasionan a nuestra superficie forestal. La gran mayoría de ellos se producen en la época estival. Hay muchos actos elementales detrás de los incendios, como labradores que queman restos, líneas eléctricas mal mantenidas, urbanizaciones, vertederos legales y clandestinos que producen combustiones espontáneas, apagar mal las colillas de los cigarrillos o tirarlas por las ventanillas de los vehículos, dejar botellas de cristal en el campo y encender fuego en lugares no autorizados.

Una colilla mal apagada es la causa más probable de la mayor parte de incendios que destruyen nuestros preciados bosques. Cada año, 20.000 incendios merman la masa forestal de nuestro país, de los cuales el 96% son provocados por el hombre, intencionada o negligentemente.

Tirar la colilla de un cigarro sin apagar se convierte en un objeto peligroso. Son muchos millones las colillas de cigarros que acaban tiradas en el suelo cada año. Estos residuos tardan bastante tiempo en degradarse. Algunas fuentes aseguran que pueden pasar desde meses hasta incluso 10 años para que se descompongan y acumulan elementos tóxicos que suponen un serio riesgo para la fauna. Ni las calles de nuestras ciudades, ni mucho menos los espacios naturales, son un inmenso cenicero, ¿porque todavía hay gente que no comprende que es necesario evitar tirar las colillas al suelo?

Todos solemos quejarnos en alguna ocasión de los efectos dañinos del cambio climático y de las, cada vez más frecuentes, temperaturas extremas. Debemos respetar el medio ambiente si queremos que la naturaleza sea benigna con nosotros. Respetando el medio ambiente estamos respetando nuestra propia existencia y la vida como especie que cohabita en un delicado equilibrio con el resto de vida que puebla la Tierra.

El fuego es un elemento propio de los ecosistemas, pero el número de incendios es muy superior al natural. Los fuegos de origen humano, ya sean provocados o accidentales, están sobrepasando la capacidad de regeneración de los bosques amenazando con su desaparición.

Sin bosques no tenemos rincones mágicos para buscar ese trébol de cuatro hojas, no hay sombras frescas en verano, y húmedas en invierno, perdemos sus frutos, se mueren los ríos, no tenemos aire puro y los pájaros pierden su hogar, en definitiva se extingue la vida animal. Frenemos la deforestación plantando las raices del futuro cuidando nuestro entorno.

En caso de incendio llama de inmediato al 112 o al parque de bomberos más cercano, cada segundo cuenta y puedes evitar que se pongan vidas en peligro y salvar mucha superficie forestal vital para nuestra propia existencia.

Piensa que los árboles tienen vida propia, hasta nos ayudan, como muestra estas fotos donde piden que les respetemos depositando nuestras colillas en un lugar seguro para todos.