
En Cataluña, el día de Sant Jordi las personas queridas se intercambian y regalan rosas y libros. Es una bonita tradición que en la actualidad se ha exportado hasta el punto de que la mítica rosa se regala en otros países por ejemplo; Estados Unidos, Japón y Francia. Cuando se compra un libro se regala una rosa.

La rosa va acompañada de una señera y una espiga de trigo. El color rojo de la rosa simboliza la pasión, la señera (bandera) al patrón de Cataluña y la espiga de trigo representa la fertilidad.
La Rosa es el símbolo del Amor. Los pueblos antiguos así lo entendieron y la ofrendaban a los Dioses del Amor de ambos sexos. Teócrito cuenta, que los enamorados se pasaban mutuamente sobre los dedos, hojas de Rosas y si soñaban, forzados por este dulce sortilegio, eran para ellos una gran prueba de amor y de fidelidad.

Todo sumado da un carácter muy festivo, las calles están repletas de tenderetes donde se venden rosas de todos los colores y los escritores firman sus libros.
Los turistas que desconocen la importancia de este día en la tradición catalana se quedan sorprendidos viendo los banderines que engalanan transportes públicos, edificios, terrazas y ventanas adornados con la senyera (bandera) todo un desplegué de color conmemorando esta fecha.

Cuenta la leyenda…
…que en tierras de Capadocia (antiguo país de Asia Menor ubicado en la actual Turquía), Jorge de Capadocia tribuno militar y consejero del emperador Diocleciano (284-305), aunque popularmente se habla de Montblanc, había un Dragón que atacaba a diestro y siniestro al reino. El pueblo decidió que para evitar los ataques entregarían a una persona cada día para ser devorada por el dragón y así evitar daños mayores. Cada día se hacía un sorteo y se enviaba a dicha persona a la cueva del dragón. Un día del sorteo salió el nombre de la princesa, la cual fue voluntariamente aunque muchos se ofrecieron en su lugar. Fue caminando hasta la guarida del dragón y cuando éste la iba a devorar apareció San Jorge y la rescató. San Jorge mató al Dragón clavándole la espada en el corazón y de la sangre que fluyó nació una rosa…
Según el Costumari català de Joan Amades, llegaron a escogerle como patrón de la caballería y de la nobleza catalana por la ayuda que prestó al rey Pere I en al año 1094, quien ganó una batalla contra los sarracenos tras invocar al santo. Otra leyenda narra que el Conde de Barcelona, Borrell II, recobró la capital con tan solo nueve hombres que acudieron a su llamada a las montañas de Manresa y la ayuda del santo que, entre jirones de nubes, cabalgando un caballo blanco y blandiendo un relámpago por espada, los guió en la lucha.
En la ciudad amurallada de Montblanc (Tarragona) se representa el 23 de abril la leyenda de Sant Jordi y el dragón, ya que se conmemora la ocurrencia de los hechos en la ciudad. Y en Sant Climent Sescebes hay una procesión a la Roca Encantada, donde se supone que hay un gran tesoro que sólo puede ser encontrado esa noche.

¡Feliz Sant Jordi, Día del Libro, La Rosa y de los Enamorados!